Entrevista realizada en Agencia 36 Comunicación Digital.

1.-Tienes una amplia experiencia profesional. ¿Cómo ha evolucionado tecnológicamente el mundo de la arquitectura desde tus inicios hasta el día de hoy?

En los últimos años ha habido, debido a los avances tecnológicos, una gran transformación tanto en la manera de redactar un proyecto de arquitectura, como en el proceso de ejecución de la obra. A esto hay que añadir todas las nuevas exigencias de las normativas.

2.- La transformación tecnológica está posibilitando creaciones hasta ahora inimaginables. ¿Cuál es tu proyecto arquitectónico preferido?

Si es verdad que en estos momentos se pueden ejecutar edificios que hace unos años ni se pensaban. Pero, por mi formación los proyectos que más admiro no han evolucionado demasiado, siguen siendo “antiguos”. Puede que mi favorito sea el edificio Kursaal de Donostia de Rafael Moneo.

3.- Muchas herramientas digitales  han llegado para quedarse y revolucionar la industria arquitectónica ¿Cuáles son esenciales en tu trabajo diario?

Ahora es impensable desarrollar un proyecto de arquitectura solamente con lápiz y papel, hasta para la cosa más sencilla se usan programas informáticos que facilitan el trabajo inicial y los cambios que van surgiendo a lo largo de todo el proceso. Todo se dibuja con ratón, los más antiguos seguimos haciendo los bocetos iniciales con lápiz, pero una vez la idea cobra sentido se pasa a la pantalla y ahí ya viene todo enlazado: del dibujo plano se pasa a los programas de 3D en lo que se obtienen modelos virtuales del edificio y su implantación en el lugar, luego programas de cálculo de estructuras y de todas las complejas instalaciones que llevan los edificios públicos. Finalmente todo se condensa en un documento digital enorme.

4.- Proyectos como La Molinera ¿hubieran sido posible sin las nuevas tecnologías?

Esta es una pregunta complicada de contestar con contundencia. Estamos tan metidos en los desarrollos actuales que es difícil imaginar otra forma de trabajar.
En concreto “La Molinera” es un edificio que no exigió un gran esfuerzo tecnológico para su desarrollo y construcción, más allá de la parte de la cubierta que ya comenté antes. El hecho diferencial de este edificio fue el bajo coste por metro cuadrado construido, alrededor de la mitad de lo habitual, se hizo por unos 600€/m2, con unos resultados, para nosotros, muy aceptables. Hubo un gran esfuerzo por parte de las empresas constructoras y de la dirección de obra en compenetrarse para utilizar elementos no convencionales de fabricación propia, por ejemplo: los lavabos se hicieron a partir de fregaderos en desuso de los que se ponían en las viviendas en los años 70 y la mayoría de las luminarias hechas “in situ”.

5.- ¿Estás de acuerdo con la afirmación de que las nuevas tecnologías se han puesto del lado de los arquitectos más creativos?

Si, sin duda, las posibilidades creativas con las nuevas herramientas de diseño son ilimitadas. Continuamente vemos en las redes infografías realizadas con estas herramientas y que no son reales, muchas veces inconstruibles, pero generan una apertura de mente que puede llevar a buenas ejecuciones. Edificios como el Guggenheim de Bilbao o el estadio central de las olimpiadas de Pekín serían imposibles de ejecutar sin programas informáticos específicos para desarrollar el proyecto, y esto viene seguido de la invención de un sistema constructivo inédito, que más tarde puede popularizarse.

6.- ¿Necesita un estudio de arquitectura presencia en Internet?

Esencial, por varias razones: por trabajo, todos los catálogos, fichas y especificaciones están en la web, es un uso continuo; por difusión, todo se publica en las redes sociales, si quieres saber que se hace tienes que estar ahí; por comunicación, mensajería, los archivos se comparten.

7.- La capacidad expresiva de la Arquitectura se ha enriquecido con las nuevas tecnologías. ¿Cómo ves el futuro más cercano tecnológicamente hablando?

Pues supongo que se seguirá avanzando en herramientas que ya existen, pero que se harán más cotidianas, como la tecnología BIM (Building Information Modeling), que se basa en la creación de un modelo virtual único del proyecto al que se le van incorporando todos los elementos necesarios para su ejecución. Es como si haces una maqueta de la obra rematada, esta maqueta, con dimensiones reales, la usan los calculistas de estructuras e incorporan todos los elementos: soportes, vigas, detalles, etc. La usan los ingenieros de instalación e introducen todos los conductos que va a llevar el edificio: aire acondicionado, saneamiento, electricidad, etc.

Enlace a entrevista completa: https://agencia36.com/pedro-dieguez/